Hace tiempo que los de Nola se han convertido en uno de mis grupos favoritos y este disco, titulado de manera homónima, no es más que una confirmación de que PEARS aún no han tocado techo ni de lejos. Cuatro años después del álbum que les puso en el foco, Green Star (Fat Wreckchords, 2016), el grupo nos presenta un trabajo formado por catorce temas capaces de propagarse a mayor velocidad que el COVID-19.
Musicalmente hablando, el grupo es una apisonadora capaz de pasar de cero a cien en cuestión de dos acordes. «Killing Me» comienza a media velocidad y con unos coros celestiales que son rotos por los gritos de un Zach que se vacía en todo lo que hace. Aún dentro del caos, PEARS es capaz de componer melodías pegadizas como es el caso de «Zero Wheels», «Funerals» o «Daughter». Al mismo tiempo también son capaces de crear composiciones llenas de alboroto musical y de toques hardcore como «Rich to Rags», «Pepaw»o la alucinante «Sympathy Cone».
Sin embargo, lo que más le caracteriza es esa heterogeneidad en la mayoría de sus temas. «Comfortably Dumb» comienza con ritmos duros y gritos, pero en su estribillo nos presenta un melódico que ya quisieran para ellos muchos grupos de los noventa. «Naptime» es justamente lo opuesto, deja que te relajes, te tumbes y te prepares para una siesta que no va a suceder porque sus coros y la segunda parte del corte no van a permitirlo. Toca dar botes encima del sofa mientras tiras los cuadros y destrozas la lámpara.
Dentro del conjunto me gustaría destacar dos temas, «Dial Up» y «Traveling Time». El primero porque contiene la esencia de lo que es PEARS en estado puro (además de suscribir mucho de lo escrito anteriormente) y también por contener esos extractos hardcore de «Mambo No.5» y de una «Macarena» a la que ahora me imagino tatuada y perforada con una camiseta de los Descendents. Creo que era el único look que le faltaba por probarse. El segundo, por el contrario, nos muestra el lado más tranquilo de la banda quizás influenciado por un Zach que le ha pillado gusto a los ritmos tranquilos desde que forma parte de One Week Records, y desde donde recientemente ha formado Bandaid Brigade con gente de los Scorpios.
Conclusión: PEARS han vuelto para dar otro golpe de rabia en la mesa. Este disco sigue subiendo el nivel de un grupo que parece no tener límites y al que os aconsejo ver en vivo para asistir a uno de los directos más auténticos y especulares del género. Las peras vuelven a estar de moda.