NOFX:
Sería realmente un sinsentido comenzar esta crónica de tres días de manera cronológica teniendo en cuenta el calibre sentimental de lo vivido anoche. Es complicado expresar lo que he sentido en estas tres noches en las que Nofx han dado un concierto con intervalos de veinticuatro horas. Porque sí, esto era un conjunto. Como esas eliminatorias europeas de ciento ochenta minutos. Seis horas, ciento veinte canciones (con alguna excepción que luego trataré) y una auténtica montaña rusa de emociones.
Anoche era el último día y eso se notaba. Menos gente pero más extranjeros. Temperatura ideal y todo el mundo esperando a escuchar «The Decline». El concierto comenzó como un tiro y no tuvo nada que ver con el del sábado, donde el sonido fue claramente inferior. Temas de Pump Up The Valuum (2000), como la gran “Pharmacist Daughter” (me moría de ganas de oírla en directo), se intercalaban con éxitos de todos las tiempos.
El concierto avanzaba y a mi lado nadie se movía, nada que ver con el viernes y sábado donde abrí pogos y fui correspondido al segundo. Mi cuerpo lo agradeció. Tras la típica pausa a la que Nofx nos acostumbraron estas tres noches, un par de temas más y ahí llegó The Decline (1999), posiblemente la mejor canción punk que yo haya vivido en directo. Dieciséis minutos de música ininterrumpida, de ataque político a USA y de placer sin límites para el que escribe. Las partes del trombón de El Hefe eran simplemente una fiesta coreada (esta vez sí) hasta por los guiris que se miraban asombrados de lo que estaban presenciando. La parte final comenzó a transmitir que la banda se estaba emocionando también. Y así fue.
Tras la joya de la corona, el grupo cerró con “Theme from a Nofx Album” donde cada segundo les pesaba emocionalmente. Acordeón de Melvin y final. Fat Mike tremendamente emocionado miraba al tendido sin saber que decir, El Hefe daba unas gracias que jamás habían sonado tan sinceras, y Melvin seguía con el acordeón como no queriendo despedirse de Barcelona. Fueron minutos de una carga emocional tremenda.
Llegó entonces uno de los momentos del noche, del fin de semana y de nuestra vidas. Fat Mike se acercó a su amigo del alma, Eric Melvin, y se fundieron en un abrazo que pareció durar una eternidad. Mike con una toalla en la mano miraba al público llorando emocionado. Eso fue el principio del final.
Cuando dejaron el escenario, muchos nos fuimos acercando al mismo sabiendo que ya (posiblemente) nunca los veamos de nuevo. Gente sola mirando a la nada y a buen seguro recordando toda una vida ligada a un grupo que es BSO de una generación.
Llegado este punto, toca volver atrás y revivir lo que la banda hizo el viernes. Con el banner pequeño (mucho más bonito que el grande) Nofx quiso repasar su extensa discografía empezando por White Trash, Two Heebs and a Bean (1992) y So Long and Thanks for all the Shoes (1997). Me sorprendió que las canciones no fueran tocadas en orden y sí de manera intercalada, pero creo que pudo ser un acierto. Fiesta con muchos temas del so Long como “All Suits are torn” o “Champs Elysees” y pogos y recuerdos con los del White trash como “Liza and Louise” o “The Bag”. Entre media de unas y otras podemos reseñar la presencia de «Franco Unamerican» o «Six Years on Dope».
El ambiente era insuperable y había sonrisas y buen rollo en prácticamente cada esquina del escenario. Era el momento de divertirse y todas y todos los presentes lo sabíamos. Saltar, abrazar y chocar los cinco con desconocidos era algo normal. Incluso compartir bebida o cigarros. Estábamos en el arranque de una fiesta, y eso se notaba. En resumidas cuentas, la noche del viernes fue probablemente donde mejor sonó Nofx ya que la del sábado hubo ciertos problemas de sonido, y la del Domingo mucho sentimiento arriba y debajo del escenario.
Y llega el turno de recordar la noche del sábado, quizá el día en el que más gente podía/quería ver al grupo y en el que estuvieron un tanto más flojos. El sonido (especialmente al principio) parecía un tanto más bajo que el de la noche anterior y la banda se dejó en el tintero algún tema obligado de los discos que se presentaban.
El sábado era el turno del Punk In Drublic (1994) y del Wolves in Wolves Clothing (2006), pues bien, el que escribe echó tremendamente en falta que no tocaran “Cantado en Español” tema incluido en uno de los álbumes que esa noche tocaban de manera íntegra. No porque sea un temazo, pero sí porque era el sitio donde había que cantarla. Realmente extraño.
El ambiente bajo el escenario era totalmente festivo y los pogos se sucedían en casi cada esquina de la plaza del Poble Espanyol. Las que sí sonaron fueron «The Man I Killed», la coreada y deseada «Lori Meyers» o la acústica «Doornails». Cómo anécdota cabe recalcar que alguien del público lanzó una máscara de un smilei a Fat Mike y este se la puso y tocó medio tema con ella puesta.
El sábado el concierto fue un poco más corto cosa que hizo que Mike y los suyos hicieran una especie de musical sobre las tablas del escenario. El ambiente era emocionante pero aún más positivo y alegre que la tristeza que nos inundaría a todos al día siguiente.
Reflexión: es muy probable que la mayoría de las y los que estuvimos en el Poble Espanyol (ya fuera una noche, dos o tres) no volvamos a ver a Nofx sobre un escenario. Se marcha una parte de nosotros y eso fue palpable en Barcelona. Esperemos que este no sea el principio de una caída general que, por desgracia, llegará más pronto que tarde.
RESTO DE BANDAS:
A continuación pasamos a hacer una breve reseña de los conciertos que dieron el resto de bandas invitadas a esta fiesta de despedida. Dadas las circunstancias (Nofx tocaba dos horas cada noche) el resto de grupo se vio limitado en tiempo y eso, en algunos caso se notó.
Codefendants: no tuve la oportunidad de verlos el viernes, pero al ser agregados a última hora de ayer, pude alucinar con su directo. Una mezcla de estilos muy interesante y muchísima calidad en las voces. A Sam King ya le tenía calado, pero a Ceschi no, y me dejó boquiabierto. Aporta los matices hip hop, pero también tuvo tiempo de coger una guitarra acústica e interpretar un tema en castellano que puso la piel de gallina a todos los allí presentes. De diez.
Get Dead: Nada nuevo que no se sepa. Sam King es puro espectáculo sobre un escenario y se vacía como pocos. Tenía muchas ganas de ver cómo sonaban las canciones de su último disco en directo. «Fire Sale» y «Hard Times» son una auténtica joya y disfrutarlas una fiesta. Get Dead son el presente del punk rock del otro lado del charco y Fat Mike (como siempre), lo sabe.
Comeback Kid: Entré justo cuando comenzaban a tocar el viernes. Hacerlo con «False Idols Fall» fue toda una declaración de intenciones. Bastante público entregado en las primeras filas haciendo mosh y coreando todos sus temazos. Sabéis con cual se desató la locura, ¿no?, está claro, con «Wake the Dead». Energía y potencia la derrochada por el grupo encargado de poner ese toque hardcore en la fiesta. Repitieron el sábado con el mismo resultado.
Lagwagon: Debían estar en las fechas sí o sí. No importa que el año pasado estuvieran, o que tengamos la opción de verlos con frecuencia, siempre son bienvenidos. Quizá el grupo que más gente movió después de Nofx. Con su arsenal de himnos ya conocidos como «Violins», «Razor Burn», «Falling Apart», «After You My Friend» o «May 16» nos deleitaron pero con matices.
En cuestión de sonido Lagwagon fue a la inversa que Nofx. El viernes mal, el sábado mucho mejor. Si hablamos de setlists… la cosa no pinta mejor. Repitieron muchos de los temas en ambas noches y eso el público lo acusó. Incluir la divertida «Brown Eye Girl» el sábado fue un acierto para mover al personal.
Subterranean Kids: Me dejaron boquiabierto. Cierto es que no es un grupo al que haya seguido pero su actitud y su directo después de tantos años es envidiable. Siempre hay que recordar que están unidos a Nofx desde los 80, y que hay una foto mítica en la que por aquellos años Fat Mike sale con una camiseta de ellos. La carga sentimental entre ambas bandas es patente, al igual que la del público catalán con uno de los precursores de la escena local.
Blowfuse: Esta vez no me dio tiempo a verlos, pero por lo que escuché estuvieron en su línea. Unos invitados de lujo que siempre tienen el listón altísimo. Juegan en casa y siempre ganan. Energía y ese punto de locura que a buen seguro hizo disfrutar a los que tuvieron energía suficiente para «madrugar» el sábado.
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Desde CFFG PUNK queremos agradecer a HFMN el trato dado. Sentimos que Barcelona y el Poble Espanyol son ya nuestra segunda casa. A la vez queremos pedir disculpas por las fotografías, pero esta vez preferimos vivirlo todo desde dentro sin estar preocupado de cámaras. Esperamos que lo entendáis.
También queremos mandar un saludo a todas y todos los que os cruzasteis en nuestro camino y con quienes compartimos un rato, una cerveza o un pogo. Esta fecha fue especial no solo por lo que se veía, sino también por con quien se hacia. Muchas gracias por estar.