Se encienden todos los pilotos de emergencia, y a quien le compete mira para otro lado. Que la situación de la música en directo en Madrid lleva abandonada de la mano de Dios años no es nada nuevo. Que la pandemia fue una estocada que aún a día de hoy sigue haciendo sangrar al negocio, tampoco.
Sin embargo, aceptar lo anteriormente dicho no quita el hecho de llegar a asombrarnos (negativamente) por lo que va a acontecer en las próximas setenta y dos horas. Primero nos llegó la información (de manera extra oficial) de que la sala Rock Palace cerraba sus puertas este próximo viernes. Aún sin tiempo de asimilar la noticia, fue anoche cuando la dirección de la sala Trashcan MC anunciaba que tras este fin de semana el proyecto como se conoce hoy en día morirá.
Así pues, casi de la mano, dos de las salas más emblemáticas de la ciudad echan el telón para siempre. Y toca hacerse preguntas. ¿Hemos apoyado a estas salas?, ¿asistimos a conciertos de bandas locales?, ¿somos cómplices de esta muerte?. En parte, y aunque nos duela admitirlo, todos tenemos algo que ver en esta tragedia.
Curiosamente, la dirección de Trashcan fue anteriormente la de Rock Palace, demostrando así que no es cuestión de falta de ilusión o de ganas. Nos consta que solo hay una manera de llevar una sala de música de tamaño pequeño: teniendo pasión por lo que haces y dejándote la vida en ello. A veces sin recompensa. Y todo tiene un límite. Obviamente.
Estamos hablando de lugares que crean y fomentan cultura. De salas en las que no solamente se organizaban conciertos. También había pinchadas, charlas, o incluso en el caso de Rock Palace, locales de ensayo por los que han pasado cientos de grupos de la capital. Lugares en los que hemos pasado grandes momentos y sobre los que tenemos miles de recuerdos.
Fue en Rock Palace donde organizamos nuestro 5º aniversario Fest y donde CRIM tocó por primera vez en Madrid. Donde también estuvieron The Gundown, Tensión, Asinus, Kill The President!, Ronhä y No Nipples. Donde vimos a Red City Radio o a RVIVR. De la Trashcan podemos recordar miles de conciertos de bandas nacionales con trayectoria o noveles, la visita de unos Ataris cascadetes, o la de un Russ Rankin que vino en formato acústico.
También recordamos todos esos conciertos a los que dudamos en ir (por una u otra razón) y a los que no fuimos. Eso se nos clava en el alma por dos motivos; primero por faltar a arrimar el hombro, y segundo, porque ya no volverán.
Solo nos queda agradecer a todo el personal de ambas salas la amabilidad y la sonrisa con la que siempre nos trataron y la facilidad que siempre pusieron cuando organizamos algún evento. Trashcan MC y Rock Palace se unen a la fatídica lista de salas extintas en la ciudad de Madrid. Y no serán la últimas. Triste manera de cerrar este 2023. Ojalá las autoridades y los usurarios nos marquemos como propósito para el año que llega cuidar y ayudar más a unos espacios que son oro y que pasan demasiado desapercibidos.