«¡Camarero!, ¡uno de lomo!». ¿Cuántas veces hemos repetido esa frase en la barra de algún bar aceitoso a cualquier hora del día (o incluso de la noche)?. Pues nuestros amigos Bladders paracen haberse colocado detrás de la barra y nos sirven su Loin, disco que ,aunque salió el año pasado, hoy analizamos aquí. La pieza de lomo que utilizan estos madrileños no es de origen castizo, más bien parece carne de Angus, americana 100% por influencias y por estilo. Y eso nos encanta.
Y es que si este Loin hubiese sido cocinado por cualquier grupo americano y/o europeo, la gente estaría agotando sus existencias día tras día pero, ya sabéis como solemos funcionar por aquí. Muchas veces solemos prestar atención a la denominación de origen en vez de al producto, y eso es un fallo que todos (entre los que me incluyo) cometemos de vez en cuando. Aún así, siempre hay tiempo para rectificar y saborear lo que tenemos cerca. Muy cerca. Loin es un disco hecho para los amantes del punk rock melódico y acelerado. Para los amantes del tupatutupa, los coros celestiales y la velocidad. La intro de «Andromeda» te mantiene en espera. Como cuando pides un bocata y está el bar lleno. Una vez empieza a sonar la batería, los coros, y la voz y la caña entran en escena, sabes que ha merecido la pena hacer cola.
Estamos ante un disco muy completo que toca varios palos dentro del género. Es cierto que los temas que juegan con el hardcore melódico e incluso el skatepunk son mayoría. Temas como «Whitebain», «Full of Rockets» o «Pharmacia Boy» (primo hermano de «Pharmacist Daughter»), harán las delicias de aquellos que engullen melodías en estado puro. Pero este disco también contiene otros ingredientes. En «John Connor» encontramos un sección de viento que en sus inicios recuerda a los grandes Voodoo Glow Skulls y que aporta un toque ska al conjunto. También existen canciones con riffs más pesado que se atreven con otro hardcore más duro, como es el caso de «Cocaine»o «Juliette», y en «Ode to Funk Polk», obviamente, aparecen gaitas y toques folk punk como el propio nombre del tema indica. Para todos los gustos.
A pesar de tener dieciséis cortes, este lomo no se hace correoso. Se come de maravilla y no se hace bola. En lo que a mí respecta, me dejan muy buen sabor de boca temas como «Fifo Song», «Born to Die» (y su fuerte estribillo) o «Never Trust a Nun» (sus partes instrumentales me tienen enganchadísimo)
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. Bladders, siempre pendientes de todo detalle, cierran el disco con «Aqua», un líquido elemento que no viene nada mal una vez devorado este Loin. «Aqua» es un broche perfecto, una tema instrumental con trompetas que te deja con una sonrisa y un genial sabor de boca. ¡Gran trabajo Bladders!.
Conclusión: Bladders deberían estar más en boca de todos. Loin es un disco que debería sonar más en nuestros reproductores, equipos o móviles. Un álbum cuidado, trabajado y cocinado con pasión. Tiene muy buenas influencias y eso se nota en el resultado. No dudéis en hincarle el diente más pronto que tarde u os arrepentiréis. Su resultado me recuerda a esos bocatas que pedía altas horas de la madrugada en el Yunque de Salamanca, pero el de verdad, el de la plaza San Justo. Menuda delicia.