“Yo sobreviví al último bolo de Blowfuse”
El 30 de mayo pintaba como un día caluroso, feliz a la par que triste, y que muchos no queríamos que llegara nunca. Esa mañana, me levanté a buscar la camiseta que compré hace ya doce o trece años en la sala Rock Palace, la segunda vez que veía a Blowfuse.
Oscar, Sergi, Ricard y Henry venían por última vez a la capital. Después de haberlos visto todas y cada una de las veces que pasaban por Madrid (salvo tragedia), y de haberlos disfrutado también en Vitoria, Barcelona, Valencia, Gijón. Y en Eslovenia o Holanda. Tantas veces hasta el punto de no recordar el número de ocasiones en las que nos hemos subido a la espiral, esta vez, no podía ser menos.
Con ellos también nos hemos lesionado de gravedad, o hemos conocido a muchas de las personas a las que a día de hoy podemos llamar amigos esparcidos a lo largo y ancho del globo. El viernes era el último concierto en Madrid de la banda que más veces he visto en directo, y este es, al menos por el momento, mi último homenaje a ellos.
La tarde empezaba en los alrededores de la sala The Bassement, entrando puntuales para ver a Fuet! desplegar una energía descomunal, y ejerciendo de acompañante de lujo para lo que venía después.

En torno a las 21:15 de la noche empezó a sonar una versión a piano de «State of Denial», y fue el inicio de la locura. Blowfuse salió al escenario con la energía que siempre les ha caracterizado abriendo con la misma canción en eléctrico, seguida de «Dreams».
Tras esta, Óscar dedicó unas palabras (prometiendo intentar no llorar), y arrancando rápidamente con «Wish», seguida de «Bad Thoughts» y «I Give You My World», haciendo que se desatara una espiral de personas haciendo stage diving constante, sin saber lo que esperaba en el siguiente corte. Entonces, y tras recordar al padre de Sergi y Ricard, fallecido tiempo atrás, arrancó «Ripping Out» y empezaron a volar hinchables por toda la sala. La gente comenzó a saltar subidos en colchoneta, tirarse contra otros con aviones y una serie de catastróficas desdichas que han hecho que mi espalda pida pausa.
Siguiendo a «Ripping Out», sonaron himnos que son parte del ADN de la banda como «Where’re you Jimmy?» o «House of Laughter», para acabar tocando una de esas canciones que todo el mundo pide (pero que el grupo llevaba tiempo sin tocar en directo): «Break». En ese momento el pit se transformó en una masa de cuerpos unos encima de otros ante la cantidad de gente volando que había por toda la sala.

Llegados al ecuador del concierto, las siguientes secciones alternaron temas nuevos y viejos, tales como «Fade into the Dark», «Sunny Daze» y «Behind de Wall». Las caras exhaustas de todos los que algún día fuimos jóvenes, mostraban el cansancio acumulado en el pit. Sin compasión alguna arrancó «On a Roll», tema incluido en su último Ep, seguida de «Grand Golden Boy», «Cold Steel» y «Angry John», para retirarse inmediatamente del escenario.
El público empezó a gritar “Downhill to Hell in a Row”, cuando la banda volvió a salir para tocar «Move On», y aquí sí, ya se fue todo a la mierda. Era el sprint final del concierto, y ellos habían salido a partir la sala.
Y aquí fue cuando la locura tocó su punto máximo. Oscar mencionó a Godfarts, la banda que precedió a Blowfuse, y como homenaje, tocaron la aclamada «Downhill to Hell in a Row». El bolo siguió hacia su fin con «Outta My Head», en la cual no pude parar de llorar. Sí, llorar. Blowfuse ha sido una de las bandas de mi vida y la de muchos de los que hemos nacido en los 90, y somos de edades similares a ellos. Los hemos visto crecer, nos han visto crecer y no podía evitar pensar que una parte de ello se apagaba allí aquella noche. Sergi se bajó del escenario y nos dimos un abrazo, uno de esos que se recordarán toda la vida.

Como no podía ser de otra manera, el bolo terminó con «Radioland», invasión de escenario, y Oscar saltando desde la batería encima de todos aquellos que decidieron subirse a las tablas, poniendo un broche de oro al último baile de la espiral en Madrid.
Desde aquí, quiero dar las gracias a Oscar, Sergi, Ricard, Henry y Vic (sí, nos acordamos mucho de ti) por tantos años de punk, de locura, de espiral. Ahora lo podemos decir claro, como la camiseta conmemorativa de este último bolo, «yo sobreviví al último bolo de Blowfuse«.
