El pasado sábado tocó ración de hardcore en la capital. Los canadienses Comeback Kid nos visitaban para celebrar el viente aniversario de uno de los discos de nuestras vidas: Wake the Dead (2005). Y lo hacían a lo grande, en sala y acompañados de tres grupos más que pondrían el broche de oro a la fiesta; Lust, We Ride, y Devil in Me.
Con el cartel del sold out en la puerta, la tarde noche del sábado prometía. Y así fue. Nosotros llegamos a la sala par ver la segunda mitad de unos Devil in Me que tenían a la sala patas arriba. Y llena. Eran poco más de las nueve de la tarde y el ambiente en la Copérnico era el de las grandes noches.
Lo que presenciamos de Devil in Me nos dejó boquiabiertos. Una actitud increíble, un sonido potente y de calidad, y una conexión con un público entregado que deja claro el crecimiento de la banda portuguesa que, a pesar de ser veterana, no ha tocado aún techo.

Después de un parón para coger aire, la sala se llenó aún más si cabe (parecía imposible) para el momento de la noche: recibir a Comeback Kid y corear el Wake The Dead de inicio a fin (casi) en orden riguroso. Los integrantes de la banda aparecieron sobre las tablas del escenario, dejando a Andrew Neufeld para el final. Justo con el inicio de «False Idols Fall» empezaron los primeros stagedivings que no pararían en todo el concierto. Y pudimos asistir a una explosión de puños en alto, pasión y hardcore cuando todo asistente a la sala gritó «your time is up». Así se enciende la mecha. Así se empieza un concierto.
Tras esa explosión, el ritmo no bajó cuando tocaron «My Other Side», donde el sudor ya hacía mecha en más de alguna y alguno. Fue entonces cuando llegó el momento de «Wake the Dead». La banda (con criterio acertado) tocó escasos cinco segundos de la misma, posponiendo nuestra cita con el temazo como cierre histórico de fiesta. Acertado y necesario.

El concierto siguió su viaje por el ya citado álbum sin que la intensidad bajara ni un solo punto. «Partners in Crime» fue otro de los momentos álgidos de la noche, al igual que en la gran «Bright Lights Keep Shining».Cómo siguen brillando este conjunto de once canciones veinte años después. Menuda suerte poder disfrutarlas en su conjunto total.
Con «Final Goodbye» se cerró el campo temático del concierto, pero aún quedaban canciones por disfrutar. «Heavy Steps» tuvo el honor de abrir el segundo «bloque» del concierto con un público sediento de más. Tanto que no paró de corear los riffs de guitarra al más puro estilo argentino. Comeback Kid no se olvidaron del Turn It Around y también nos regalaron «All in a Year».

Y entonces, cuando nadie lo esperaba, básicamente porque el tiempo volaba y hacía que no miráramos ni el reloj, llegó el momento de «Wake the Dead». Y de la locura. La amalgama de stagedivings, saltos, golpes y compañerismo vivido durante esos últimos cuatro minutos de concierto nos trasladaron a esas sensaciones que solo se tenían en la carpa Etnies Back to Basics del añorado Groezrock. Música y pasión. De la mano, e inseparables.

Las luces se encendieron dejando ver sudor y felicidad en las caras de unos asistentes que sabían que hacía bastante tiempo que no se vivía algo así en una sala madrileña. Tuvimos suerte, y recordarlo hoy sabe increíblemente bien. Nos vemos en un mes en Barcelona, Comeback Kid. Gracias.