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CRIM + La Inquisición + Deadyard @ Estraperlo (Fem d’ Aquí Streaming Edition)

Ayer estuvimos de concierto. El primero tras tres meses de encierro y de salas cerradas. No fue una sesión acústica. Tampoco una edición «en el sofá». Lo de ayer no tuvo nada que ver con todo lo que satura las redes en estos tiempos de «nueva anormalidad», lo de ayer en el Estraperlo fue un concierto en mayúsculas, con potencia, sonido y mucha actitud. Pasemos a la crónica de los hechos del Fem de Aquí Streaming Edition.

Llegué a mi habitación con unos quince minutos de anticipo. Es lo que tiene no tener que pillar cercanías, metros y demás medios de transporte público para desplazarte a la sala en cuestión. Cómo no había nadie más, decidí acercarme a por una birra a la barra de mi casa, mi nevera. Aproveché para coger un buen sitio, el mejor asiento posible,  y me dispuse a esperar a que el concierto comenzara. Una bienvenida, un «vamos a empezar con esta mierda», y una cuenta atrás aparecieron en mi pantalla. Tan pronto como llegó a cero, Deadyard volvió a subirlo de revoluciones en cuestión de dos segundos. «The Escapist Song» mostró que pasar de cero a cien en cuestión de dos acordes es sencillo para Deadyard. Sonido inmejorable, actitud increíble, y un flow que era capaz de transmitir aún sin público (físico) delante.

Deadyard

El grupo, totalmente entregado, era un derroche de energía y calidad que aumentaba según iban sucediéndose los temas; «4 Seconds», «You Gave me Sun», «Old and Angry» … Tras las pantallas más de novecientos espectadores lo gozaban en directo. El muro de facebook se llenaba de alabanzas y de cervezas virtuales, y muchos cantamos las dos versiones que la banda nos regaló; una los grandes Misfits, y el delirio total con «Sabotage» de los Beastie Boys. El tiempo pasaba volando y las ganas de pogo iban en aumento. Aún así, Deadyard tuvo tiempo de despedirse con «The Boys are Out». Conciertazo, ganas de pillarlos en vivo.

Deadyard

Tras el concierto, me fue a la zona chill out del garito, mi salón, donde charlé un rato con mi novia y me fumé un piti. Tan pronto como escuché el primer acorde de «El final» (curiosa manera de empezar) corrí de nuevo a la sala para disfrutar del directo de La Inquisición. Hay cosas que nunca cambian. Si Deadyard había aumentado mis ganas de pogo, La Inquisición se disponía a hacerme destrozar todo lo que había en mi habitación. Su directo es una apisonadora que descarga temazo tras temazo; «Febrero», «Abril», y la alucinante «Verdadera Fe» nos habían conquistado.

La Inquisición

El público seguía entregado y la iniciativa llevada a cabo por HFMN y la sala Estraperlo estaba funcionando a la perfección. Yo ya iba por mi quinta cerveza y aún quedaba la segunda parte del concierto. Como si de los cines en los años 80 se tratara, a mitad de concierto había un pequeño interludio donde Unclu Garrot lanzaba un par de preguntas a las bandas. Algo que no hacía más que  subrayar el buen rollo y las buenas sensaciones presentes. Tras el intermedio, el grupo se puso de nuevo manos a la obra y nos deleitaron con un tema nuevo: «Himno de España». A este le siguieron clásicos del grupo como «Octubre», «Rosa de Mort» y «Guerra Total». Otra exhibición de La Inquisición, algo que no debería sorprendernos, pero que siendo en este formato, demostró su capacidad de levantar a quien sea, aunque sea de su silla del ordenador. Bravo.

La Inquisición

Tras otro parón en el salón, y una penúltima visita a la nevera, llegaba la traca final, era el turno de CRIM. Una guitarra acústica hizo las veces de intro, para que «La Puta Copa del Rei» sonará en tiempos donde el fútbol no tiene ni voz ni voto. El grupo tan comprometido como de costumbre sonaba bien engrasado. «Ullals de Llet» y «Sense Excuses» fueron antesala de una «Bienvegut Enemic» que, a buen seguro, fue cantada en miles de casas. El grupo empapado, tomo respecto en el interludio del siglo XXI y continuó haciendo lo único que sabe hacer; un directo excelso. «Maneres de Viure», «Blau Sang, Vermell, Cel» y «Pare nostre que esteu a l’ Infern» fueron sonando hasta que el grupo volvió a sus inicios para echar el cierre a un concierto diferente con «Castells de Sorra». Conciertazo y un día más en la oficina para CRIM.

CRIM
CRIM

Lo de ayer fue increíble. Por mucho que estuviera anunciado y que imagináramos cómo sería, superó nuestras expectativas. Excelente trabajo de, no solo los grupos (que se salieron), sino también de los técnicos, los cámaras y todas aquellas personas involucradas.

Eso sí, comentando con mi compañero virtual de concierto, Mesa, llegamos a la conclusión de que los sentimientos de ayer eran encontrados. Por un lado, subidón de escuchar punk rock potente en directo de nuevo tras meses de acústicos. Por el otro, pena y añoranza por los tiempos en los que teníamos todo lo que necesitábamos y no lo apreciábamos: conciertos casi a diario.

Barrenfields – Palmistry

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