Linoleum
La banda madrileña Grippers está de vuelta. Y de qué manera. Tras el éxito cosechado con su segundo largo, Black Tears (2020), el grupo lanza Complicity is a Weapon. Un Ep este en el que el grupo da un salto en su sonido confirmando así que su línea a seguir es aquella que estaba estipulada desde el principio.
Con unas lineas de bajo cuidadosamente tratadas y propias del mismísimo Matt Freeman, Grippers bien podrían firmar por algún sello nacional que se llamara Gato del Infierno. Ya sabéis a lo que me refiero. Su punk rock con actitud bien lo merece.
El trabajo abre con «Call of the Wolves», un corte que, además de estar íntimamente ligado al título de este Ep, habla sobre las manadas (entendidas estas como la mayor lacra de la sociedad actual) y denuncia el silencio que las envuelve. Punk rock de toda la vida, bien ejecutado y con unos coros que animan a exterminar esos lobos maldecidos.
Este disco se aleja de la homogeneidad ofreciendo distintos registros. En «Defiance», el grupo se acerca a la frontera del hardcore para recordarme a los míticos Wallride, mientras que en «Suburban Rats» el sonido (y la letra) que encontramos es más propio de la california de finales de los 80. Apetece pillar un patín e invadir alguna piscina.
Si nos auto exigimos la (complicada) necesidad de resaltar una canción por encima del resto, esa sería «Keep on Rollin´». El tercer corte del Ep no es solo el más destacable de este conjunto de canciones, sino quizá el mejor de toda su carrera. Un temazo que rebosa actitud mental positiva, que tiene fuerza y melodía, un estribillo potente y que, además, puede recordarte a Limp Bizkit. Lo tiene todo.
Conclusión: Grippers están más vivos que nunca. La banda ha lanzado su mejor trabajo hasta la fecha y están activos sobre los escenarios. Este 28 de octubre estarán tocando en la Wurli junto con los londinenses Jawless, y el mes que viene harán lo propio en tierras británicas. Nos han chivado que estos temas suenan aún mejor en directo, así que… ya sabéis.
