Hace hoy justo una semana, estábamos preparándonos para vivir un gran fin de semana en tierras austriacas. Un fin de semana lleno de música, de risas, de encuentros y de buenos momentos. La segunda edición del Sbäm Fest no ha hecho más que confirmar que estamos ante el nacimiento de una cita obligada para todos aquellos que aman el punk rock y la música en directo. Para los que disfrutan del skate y de un ambiente relajado, y sin multitudes. Y es que los grandes grupos también tocan en salas de ochocientas personas (y lo disfrutan más), y los grandes festivales no tienen porque ser aquellos que venden 50.000 entradas. A las pruebas me remito.
Nada más llegar lo primero que nos encantó fue el recinto del festival; un complejo que constaba de varios patios donde patinar, comer, sentarse a charlar, beber o tumbarse en el césped. La sala por su parte, también estaba excelentemente equipada: varias zonas de barras (fuera del espacio habilitado para los conciertos), roperos, espacios para charlar y un sonido impecable. Ya lo decía uno de sus organizadores, uno de los cambios acertados había sido trasladar el festival a este complejo, y no le faltaba razón. Bravo.
Cuando entramos en la sala, los austriacos Missstand estaban practicando un punk rock directo y político mezcla entre Strike Anywhere y Rentokill. Eran poco más de las 13:30 y la sala gozaba de una notable salud. Media entrada o más, de un público que disfrutaba y coreaba las letras del grupo encargado de abrir el festival. A recordar el tema «Hinterland» rabia y coros para enmarcar. Tras los quince minutos de rigor para cambio de instrumentos, llegó el turno de The Murderburgers, uno de los grupos que más ganas tenía de ver en directo. Divertidos, melódicos y muy apropiados para disfrutar y bailar. La sala se iba llenando cada vez más y el calor subía. El grupo tocó temas de su aclamado «How to Ruin Your Life» pero también algunos más recientes como «The Waves» o «8am Headlights», que fueron muy celebrados por los allí presentes. Gran concierto de un grupo que dará que hablar en los próximos años. Apuntadlos.

Si algo debo agradecer a este festival (además del trato recibido por parte de la organización) es el haber descubierto a Wonk Unit. El de los ingleses fue uno de los conciertos más divertidos de la primera jornada. Una mezcla irreverente de estilos que van desde el punk rock hasta el brit pop más noventero, aderezado con una puesta en escena única. El grupo comenzó tocando uno de sus grandes hits «Je M’Apelle Alex» dejando claro que querían poner aquello patas arriba desde el principio. Es cierto que el público comenzó un tanto expectante ante lo que estaba presenciando, pero el grupo se metió en el bolsillo a todos y cada uno de los allí presentes y para cuando tocaron «Go Easy» aquello ya era una verdadera fiesta.

Tras un ligero parón para comer y disfrutar de la gastronomía austriaca, volvimos a la sala para presenciar el directo de una de las bandas locales con más nombre internacional: Astpai. Para entonces, la sala estaba a reventar, y el punk rock sonaba más rabioso que nunca. «Bitting Dogs Don’t Chew» dio el pistoletazo de salida. A esta le siguió la veloz «Intentions» y todo iba sobre rodado. Sonido espectacular y ambiente idóneo. El festival había arrancado y ya estábamos todos. Astpai dio un auténtico concierto con la seguridad de aquellos que saben que juegan en casa. Cerraron su actuación con uno de los temas más esperados, «Honest or Sentimental» y la sala se volvió loca. Gut gematch!.

Eran tan solo las 16:30 de la tarde y aún quedaba la mitad del cartel de la primera jornada por disfrutar cuando llego el tiempo de The Bombpops. Si algo resume este concierto es la palabra energía. Y diversión. El grupo venía a presentar su último Ep Dear Beer y la fiesta fue total. Punk con toques pop pegadizo y bailable. Tablas sobre el escenario (pese a la juventud de los integrantes del grupo) y sonrisas entre en el publico. Disfrute general con temas como «Outta Hand» o la acelerada «Ca in July». Por momentos me recordaron a los antiguos Tsunami Bomb y eso siempre es bueno. El grupo nos regalo uno de los momentos del festival cuando una joven fan del grupo de unos 6/7 años subió al escenario con una camiseta de The Bombpops y disfrutó de lo grande. Punk rock para toda la familia.


Los siguientes en subirse al escenario fueron los americanos No Trigger quienes hicieron las delicias de los amantes del hardcore melódico técnico y ajustado. Increíble espectáculo el que ofrecieron. Si tocas rápido en un festival como este, lo tienes todo ganado. La duración de cada concierto rondaba los 45 minutos, y No Trigger los exprimieron de lo lindo. Le energía se notaba tanto sobre, como bajo el escenario, ya que, tras más de cuatro de música en directo, el público estaba fresco y listo para que estaba por venir. «Sleeping Bag» o «Neon National Park» sonaron con más rabia que nunca.

El único pero que se puede poner a un día increíble fue la ausencia inesperada de los israelitas Not On Tour. Preguntando a miembros de la organización pudimos saber que la baja fue causa de problema familiares. Una auténtica pena, porque con el ambiente que había y las condiciones de la sala, habríamos presenciado el enésimo recital de Sima y los suyos. Tal vez para el año que viene …
Iron Chic son uno de mis grupos fetiche. Ya los he visto varias veces pero eso no quita que cada vez que los oiga se me ilumine la cara y esboce una sonrisa como un templo. Y si encima el concierto empieza con «Cutesy Monster Man», apaga y vámonos. Toda la sala coreaba los temazos del grupo quien no tardó en tocar «My Best Friend (Is a Nihilist)», uno de los mejores temas de su reciente trabajo You Can’t Stay Here. «TimeCop» fue otro de los momentos para enmarcar. También sonaron «Black Friday» y «A Headache with Pictures». A decir verdad el contraste entre la idea de punk que presentan No Trigger y la que ofrecen Iron Chic era genial. En la variedad está el gusto. El grupo nos ofreció un momento de intimidad y de rabia cuando tocaron «Ruinous Calamity», increíble y preciosa. Iron Chich volvieron a dejarnos satisfechos. Enhorabuena.

La noche iba llegando a su fin pero aún quedaban los dos platos fuertes de la jornada: Satanic Surfers y Propagandhi. Los primeros están viviendo una segunda juventud. Alucinante la puesta en escena de un grupo al que anteriormente se tachaba de soso. Venían a presentar uno de los discos del año Back From Hell, y pusieron la sala patas arriba. Teas nuevos como «Catch My Breath» o «The Usurper» fueron alternando sus notas con otros más antiguos como «Leads us to the Gallows» o la inmensa «U+I R 1». Los 90 habían vuelto y estaban haciendo de las suyas en Wels. «The Treaty and the Bridge» y, cómo no, «Head Under Water» desataron el delirio general. Jamás me canso de verlos.


Y así, tras nueve bandas y más de diez horas de música, llegamos al broche de oro: Propagandhi. Poder disfrutar de ellos en una sala como la de Alter Schlachthof es simplemente alucinante. «Failed Imagineer» nos dio la bienvenida al concierto, pero «Back to the Motor League» nos dejó claro dónde estábamos. Energía (increíble Todd) y letras comprometidas. Alternancia en un setlist donde «Dear Coaches Corner» iba seguida de «Fuck the Border» haciendo del concierto una montaña rusa como la que aparece en la portada de Victory Lap. La preciosa «Note to Self» también estuvo presente, y la queridísima «Anti-Manifesto». He visto varias veces al grupo, pero este setlist me pareció una mezcla perfecta entre lo de ayer, lo de hoy, y lo de mañana. El concierto se cerró con «Victory Lap» y «Night Letters», haciendo de Propagandhi los triunfadores de la noche y dejándonos con ganas de mucho más.


Tras todo esto, aún habría tiempo para el Karaoke Bash, para las risas, los gin tonics y los análisis espontáneos de la jornada. La noche sería larga, tal vez intentando que no acabara y se uniera con el día siguiente donde aún muchos otros grupos iban a deleitarnos con sus directos.
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Gracias, gracias, muchas gracias. Gracias a Martin y a Stefan por todo. Nos han tratado genial en muchos sitios, pero nunca tanto como en este festival. Sobran las palabras. Esperamos estar a la altura y devolveros la confianza depositada en nosotros. Todo un placer.