Otra épica noche más en Cáceres. Y van unas cuantas. Los afortunados que estamos viviendo esta serie de conciertos (que jamás imaginamos poder ver en la ciudad extremeña) nos estamos mal acostumbrando. Cáceres parece ser nuestro L.A. particular y la Sala Barroco parece nuestro House Of Blues propio. Con nuestro toque extremeño eso sí. Y eso es un plus. Poder ver a bandas tan míticas como SNFU de una manera tan cercana es algo impagable. Poder verlas rodeados de amigos y caras conocidas, aún más.
Día caluroso el pasado 24 de Julio y más si andas por la ciudad de cañas a eso de las 16:00 la tarde. Poca gente por la calle, turistas quejándose del calor y una ciudad empapelada con el cartel del concierto que va a tener lugar a escasas horas. Una pena que la mayoría de la población no tenga ni idea de quienes son SNFU. Una pena que la mayoría de la población no tenga inquietud musical y se acerque a probar nuevas sensaciones. Una pena para ellos, porque nosotros (los de siempre) estábamos ya preparados para darlo todo una vez más.
La tarde no pudo empezar mejor. Llegar a los aledaños de la sala, saludar a Calavera Hc y familia e irnos a tomar alguna caña rápida con ellos y con Mr. Chi Pig quien, aún con todo lo vivido y ese aspecto frágil, es alguien entrañable y que se hace querer en cuanto te cuenta su primera anécdota. Mejor calentamiento, imposible.
Una vez en la sala, y a eso de las 22.00 los extremeños más conocidos fuera de nuestras fronteras (con permiso de Extremoduro) aparecieron en el escenario. Empezaron rápidos y directos con «Bienvenidos Al Mundo Del Mañana», «La Casa Del Terror» y «Optimista». El grupo juega en casa y abren para una pedazo de banda. Eso se nota en sus caras y en su actitud. Hardcore melódico del bueno que se impone al tremendo calor que se sufría en la sala. Justo en mitad del setlist aparece la primera versión: «No Control» (Bad Religion), y después de la gran «Todo Del Revés», aparece la segunda: «Linoleum» (Nofx). Aquí he decir que un servidor fue invitado a subir a cantar dicho tema. Teniendo en cuenta que era casi la primera vez que subía a un escenario, hice lo que pude para no estropear la actuación del grupo. Le puse ganas y me lo pasé pipa. El resultado tendrá que ser juzgado por los allí presentes, porque yo, entre los nervios y la pasión del momento, no sé ni como salió. Después de ese pequeño experimento, el grupo siguió a lo suyo. Batería endiabla, guitarras y bajo acelerados y una voz hecha para el melódico. Antes de acabar nos deleitaron con «Society» (Pennywise), «Por No Tener Fin» y cerraron con mi canción favorita, «Hipócrita». ¿Podía haber mejor telonero posible para SNFU? Lo dudo mucho.
Una vez degustado el (exquisito) primer plato extremeño, llegaba la hora de ir a por el plato fuerte: SNFU. Minutos antes del concierto estuve charlando de nuevo con Mr. Chi Pig, quién dijo que él no tocaba por dinero, que lo hacía por estar con sus amigos y por hacer lo que le mantenía vivo. Su aspecto débil se transforma cuando se sube al escenario y es la música lo que le activa, le hace sentirse vivo y la que, a su vez, se convierte en su mayor terapia posible. Y eso se nota. ¡Vaya qué si se nota!.
El grupo tocó más de una hora sin parar, con un setlist que dejó contentos a propios y a extraños ya que, repasaba su extensa y dilatada carrera. Comenzaron con «Womanizer», «I Forget» y «Drunk On A Bike». A última hora apareció más gente de la que se esperaba y el aspecto de la sala era bastante alentador. En las primeras filas hubo pogos durante gran parte del concierto y el buen rollo estuvo presente en todo momento. Los hits se fueron intercalando y grandes temas como «Big Thumbs», «Broken Toy» o la archiconocida «Don’t Have The Cow» nos hicieron disfrutar de lo lindo. De vez en cuando, hacía un repaso por las caras de los allí presentes y eran de plena felicidad y diversión. A buen seguro la mía era igual, y es que el contexto del concierto era inmejorable. «The Ceiling» y «Better Eddie Vedder» cerraron la lista de canciones, para dejar paso a los bises. Bises que fueron «Painful Reminder», «Cannibal Cafe» y «This Is The End». Ovación cerrada y conciertazo.
No puedo acabar sin antes agradecer (como ya hiciera antes) a Robbie y a Jaime por las narices y el valor que le echan al asunto, por traer estos grupos para todos nosotros y por tratarme como a uno más de la familia. A Calavera Hc por dejarme destrozar su versión de «Linoleum» y por estar siempre ahí, y a SNFU por ser unos tíos majísimos y por compartir anécdotas conmigo. Por noches así es por lo que esta música merece la pena. ¡Nos vemos en la próxima, que será en Septiembre!