Linoleum
Nuestros australianos favoritos están de vuelta. The Cup of Pestilence es su décima prueba de estudio de que el punk no tiene porqué ser algo serio. La irreverencia, el sarcasmo o el humor inteligente también tienen cabida en un género llamado a ser rebelde.
Frenzal Rhomb llevan varios años estando a un nivel excelente. Fue en su vuelta a Fat allá por 2011 cuando dieron un salto que los puso en el objetivo de todas y todos aquellos que aún no habían disfrutado con sus locuras dentro y fuera del escenario. Desde entonces, la banda ha conseguido un sonido propio que queda refrendado en este nuevo (y esperado) álbum.
Sin embargo, más que su sonido en el que practican un punk rock melódico que a veces toca el hadcore(incluyendo) algún sonido gutural, son sus letras las que conquistan a propios y extraños. The Cup of Pestilence no iba a ser menos.
Su nuevo trabajo consta de diecinueve (¿quién saca hoy en día discos con tantos temas?) cortes en el que no sobra ni uno. La banda parece haber alcanzado una madurez que se empeña en ocultar con títulos como “Where Drugs Dealers Take Their Kids”, “Finally I Can Get Arrested in This Town” o “Thought It was Yoga but it was Ketamine”.
Si tengo que destacar alguna de estas canciones (tarea complicada), me quedo con la pegadiza “I Think myNeighbour is Planning to Kill me” y con la divertida y coral “Those People”. También me gustaría destacar “Deathbed Darren” por contar con ese tono agridulce tan característico de NoFX y que Frenzal Rhomb tan bien ha sabido llevar a su terreno.
Conclusión: está claro que necesitamos más FrenzalRhombs en nuestra vida. Es todo un placer escuchar la música que amamos mientras una sonrisa se esboza en nuestra cara debido a unas letras que son marca de la casa. The Cup of Pestilence es sin duda uno de los discos del año, y su portada (una vez más) la ganadora absoluta de su categoría. El arte de hacer las cosas con todo el cuidado del mundo, intentando dar a entender lo contrario. Héroes
