in ,

Ignite – Homónimo

«Más vidas que un gato» o «más moral que el Alcoyano» son frases hechas perfectamente aplicables a la banda americana Ignite. Tras casi treinta años en la brecha, el grupo ha sido capaz de bordear la alargada sombra de la desaparición, haciendo un claro ejercicio de fuerza, ganas y actitud.

Primero fue allá por el 2010 cuando Zoli Téglás fichó por Pennywise y muchos pensamos que ese podría ser el fin del grupo. Nada más lejos de la realidad. Después, en 2019, y antes de una pandemia mundial, el considerado alma mater del grupo anunció su retirada definitiva. Fue entonces cuando todos pensamos que esa sería la estocada mortal que dejaría a Ignite herido de necesidad. Nos volvimos a equivocar.

Ignite están de vuelta y parten de la casilla de salida con este disco titulado de forma homónima, cómo si de una reivindicación a los cuatro vientos se tratara. Con la incorporación de una nueva voz que ha revolucionado a propios y a extraños dentro del género. Con Eli Santana (Holy Grail), Ignite parece haber encontrado su Santo Grial y tener más fuerza que nunca. Un vocalista que parece englobar características de Jason Devore (Authority Zero), Rodrigo Alfaro (Satanic Surfers) y del propio Zoli Téglás. Fuerza, pasión y ganas. Muchas ganas.

En cuanto al disco, destacar que estamos ante uno de los mejores trabajos de este 2022. Y lo digo ya, en marzo. Todas y todos quedamos boquiabiertos al descubrir cómo sonaba «Anti-Complicity Anthem»: melodías, fuerza, coros celestiales y carga política. Ignite mostraban sus cartas. A este trallazo le sigue la dura e impresionante «River», un tema que trata sobre la inmigración y que tiene un estribillo aplastante. Y cerrando el inicio del álbum llega «This Day», un corte con sabor old school que te revoluciona nada más oírlo.

El álbum no presenta ningún tipo de fisuras. Nos ofrece medios tiempos poderosos y reivindicativos como «The Butcher in Me», estribillos pegadizos y coreables como los de «The House is Burning», o incluso sonidos que rozán lo gutural acompañados de potentes riffs en la segunda parte de la alucinante «Call of the Dogs». Por su parte, «State of Wisconsin» es la canción en la que más me parece estar escuchando a los Ignite de Téglás, mientras que «Let the Beggars Beg» se convierte en un oscuro cierre que contrasta con la luz que transmite la resurrección de la banda.

Conclusión: Nos equivocamos. Ningún jugador es más importante que el Club. Pensamos que Ignite era Zoli, y menospreciamos a Craig, a Nik, a Brett y a Kevin. Y entonces, estos músicos con mayúsculas, nos la devolvieron, y en forma de auténtico discazo. No es que Ignite estén de vuelta, es que con este Homónimo, nos aseguran tener cuerda para mucho rato. Y nosotros lo celebramos.

Hot Water Music – Feel the Void

Hogar – Todos Contra Todos