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Jimmy Eat World – Bleed American (20 aniversario)

Siendo totalmente consciente de que a muchas y muchos de vosotros os sorprenda leer un reseña de Jimmy Eat World en el blog, y a sabiendas de que este disco me dio tanto en su momento, me veo en la obligación de devolverle un poquito de generosidad y hablar sobre él. Es de bien nacidos ser agradecidos.

Bleed American fue el cuarto disco de estudió de la banda Jimmy Eat World y vio la luz un 24 de julio de 2001. Hace ahora veinte años. Su salida fue un éxito rotundo y abrió las puertas al grupo para codearse con ciertos grupos de punk rock. Es cierto que este disco bebe de muchas fuentes, y que su conjunto se aleja del género que ocupa normalmente estas lineas pero, obviemos la etiquetas.

Bleed American es un señor disco desde los pies a la cabeza. Desde el inicio potente y rabioso del tema que titula al álbum «Bleed American», hasta la preciosa y calmada «My Sundown», pasando por el hit «The Middle», tema que sonó mucho en todos los sitios. Quizá demasiado. Tanto hasta el punto de que es la única canción a la que tengo «manía» del disco. Eso no quita que sea un single perfecto que ha demostrado no tener fecha de caducidad.

Aún así, para mi la verdadera magia de este disco está en los temas que te hacen viajar de un género a otro y que son capaces de recordarme a grupos tan dispares como Crowded House, Sexy Sadie o a unos por entonces inexistentes Menzingers. La belleza en la melodía y los coros de «Praise Chorus» – obviemos la línea en la que dice «I’m on the floor» por posibles recuerdos a aquel accidentado concierto con Green Day en Madrid- o los ritmos en la gran «Sweetness» son sublimes. La preciosa «Hear You Me» la cual va creciendo según avanza o ese piano en la «britanizada» «If You Don’t, Don’t» con unos coros que enamoran, forman parte de la grandeza de este disco.

Antes de acabar tengo que resaltar la parte instrumental que explota en la mitad de la tímida-en-sus-comienzos «Get It Faster» y la divertida y popera «The Authority Song», dos temas que también forman parte de la pieza angular de este precioso conjunto.

Es cierto que hacía bastante tiempo que no me sentaba a escuchar este disco, pero en el ejercicio de preparar esta reseña, he podido comprobar en mis propias carnes cómo Bleed American ha envejecido de maravilla con el paso de los años, y cómo es posible que tenga más cabida en mi día a día de la que, ya de por sí, tenía en mi yo veinteañero. Eso sí, a Jimmy Eat World hace tiempo que les perdí la pista.

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