Linoleum
Cuatro son las estaciones del año, y cuatro son los cortes del nuevo siete pulgadas de La Inquisición. El movimiento de traslación, la inclinación axial fija y la forma del planeta medida por la latitud, son los factores a tener en cuenta a la hora de diferenciar estos cuatro ciclos que titulan cada uno de los cuatro temas de este trabajo.
Primavera, verano, otoño e invierno son cuatro estadios que representan la idea del eterno retorno o la naturaleza cíclica, al igual que lo hace la serpiente que se muerde la cola, formando una circunferencia, y representando el eterno retorno y los ciclos que comienzan de nuevo una vez concluidos. Estas serpientes se conocen como Uróboros y están representada en la portada de este Ep y en toda la simbología que lo rodea.
La Inquisición sigue explorando la delgada línea entre los ciclos eternos de la vida y la muerte. Y lo hace trasladándonos a la alquimia y a la idea de la infinitud. Lo hacen realizando ese punk rock que se enroca en un street punk que forma un ciclo del que no queremos salir. Este trabajo comienza su rueda con la estación del renacimiento, aunque La Inquisición la dota de otra característica completamente antagónica. «Primavera» suena a potencia y a lamento, siendo un corte oscuro que marchita todas las flores de golpe.
«Verano» nos muestra unas líneas de bajo mas marcadas. Líneas que nos dirigen hacía una vía de escape de esta realidad mundana que se celebra con un punteo de guitarra conmovedor. «Otoño» es una oda a la nostalgia, una elegía que marchita la fuerza musical del tema, convirtiéndolo en un lamento infinito que será, a buen seguro, coreado en sus próximos conciertos a pleno pulmón. Y así llegamos a «Invierno» canción que explica la esencia de este trabajo, hablando de los ciclos, de la vida y de la muerte. Una canción más melódica y menos fría de lo que su título indica.
Conclusión: La Inquisición no solamente es capaz de crear un sonido propio fácil de identificar llegado este momento. También es capaz de trasladarnos un mundo de simbología, luces y sombras del que queremos conocer más. Uróboros es un trabajo redondo mucho más complejo de lo que se puede pensar a priori. Poder plasmar todo lo que se pretende en estas cuatro canciones es una obra de arte y un ejercicio de diez. Ahora toca disfrutar de este ciclo hasta que La Inquisición decida abrir otro. Aprovechemos el tiempo.
