En sus orígenes, la escena punk rock americana estaba llena de chavales inadaptados que veían como el esnobismo se apoderaba de la costa oeste, dejándolos al margen y con una idea de no futuro la cual tomaron por bandera.
Con el tiempo todo fue cambiando y el movimiento llegó a las clases acomodadas que disfrutaban de un skate punk desde la comodidad de su casa en los suburbios, desde su skate o desde su tabla de surf.
La necesidad de devolver esa idea de utilizar el género como vehículo de lucha siempre ha estado ahí. Siempre hemos tenido bandas que han optado por la política como motor principal de su música. También encontramos el movimiento Riot Grrrl que comenzó allá por los 90 en Olympia (Washington) y que ya ponía en el punto de mira la supremacía de los chicos blancos dentro de la escena. Ese punto de mira ha seguido ahí, cambiando de banda en banda como si de un testigo de relevos se tratara. Los últimos en recogerlo han sido The Muslims, un grupo de punk rock integrado por negros, musulmanes y gays. Y lo están petando.
El grupo comenzó a forjar sus cimientos en 2017, lanzando un disco homónimo en 2018. Después llegó Mayo Supreme (2019), y con ellos un punk rock que se mezcla con orígenes afro, con hardcore, y con una fusión entre rock y rap. Y ganas de reivindicarse. Muchas ganas. Temas como «Agent Orange» un sonido Rage Against the Machine pero más punki o «White Guys», el tema que posiblemente más sienten encima de un escenario, han hecho que uno de los gigantes del género, Epitaph Records, se fijen en ellos y los fichen para su escudería.
The Muslims han lanzado varios singles bajo su nueva discográfica, «Fuck These Fucking Nazis», «Unity» y «IDGAF», dejando claro la línea a seguir y el sonido de su debut en Epitaph el próximo 24 de septiembre.
Se unen así a una nueva línea de contratación, abierta por The Linda Lindas (banda formada por chicas adolescentes de origen asiático), que parece ser bastante interesante y devolver al punk lo que era del punk; la necesidad de ser uno mismo y dejar las etiquetas de lado. Esperemos que esta tendencia no sea una mera estrategia económica y que Epitaph realmente haga lo que hace porque así lo siente. El futuro dictará sentencia.